Alcohol, tabaco y drogas

Evitad el consumo de alcohol, tabaco y drogas si estáis intentando concebir así como durante la gestación.

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El consumo elevado y prolongado de alcohol puede afectar a la ovulación en las mujeres, dañar los testículos en los hombres y afectar al desarrollo de los espermatozoides, llegando a producir cambios en el ADN.

Ya durante las primeras semanas de embarazo, el consumo de alcohol en la gestante puede tener un efecto dañino en el desarrollo del feto. La ingesta de alcohol durante el embarazo aumenta la posibilidad de malformaciones, partos prematuros, peso bajo al nacer y el riesgo de sufrir daño cerebral. Ya que nadie sabe qué cantidad de alcohol puede dañar al bebé, la opción más segura es abstenerse de consumirlo antes y durante el embarazo.

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Fumar dificulta la concepción. Además, fumar daña los genes que contiene el óvulo  y, entre otras cosas, afecta a la producción hormonal y al endometrio, haciendo que sea más difícil que el óvulo fecundado se adhiera al mismo. La cantidad de óvulos desciende considerablemente en las mujeres fumadoras, haciendo que les lleve el doble de tiempo lograr un embarazo en comparación con las no fumadoras. Ser fumadora pasiva también va a disminuir la posibilidad de quedarse embarazada. La capacidad de una mujer para embarazarse aumenta en el momento en que esta deja de fumar.

Fumar también perjudica a la fertilidad masculina. La nicotina contrae los vasos sanguíneos y los músculos, pudiendo provocar disfunción eréctil. Los hombres fumadores también tendrán menos cantidad de espermatozoides, siendo estos de peor calidad, menos ágiles y con tendencia a desviarse, lo que hará que la fecundación sea mucho más complicada.

El consumo de tabaco afecta al bienestar del feto durante el embarazo, así como a la salud del niño después del parto. Entre otras cosas, fumar/el tabaco disminuye el suministro de oxígeno a la placenta, lo que implica un riesgo de aborto natural, que el niño no se desarrolle tal y como debería, un parto prematuro o incluso la muerte fetal. Los bebés de madres fumadoras pesan menos al nacer y son más propensos a enfermarse que los bebés de las no fumadoras. Un bebé expuesto al humo pasivo del tabaco tiene mayor riesgo de sufrir muerte súbita. Los niños que crecen en hogares donde se fuma son más propensos a desarrollar alergias, asma e infecciones tanto auditivas como respiratorias.

Es más difícil dejar de beber o fumar si tu pareja continúa haciéndolo. Si queréis tener un hijo, aprovechad para dejarlo ambos. Si consumís drogas, debéis dejarlas antes de intentar concebir un hijo. Las drogas repercuten negativamente en el logro de un embarazo, y empeoran vuestra salud y la de vuestro hijo. Si queréis llegar a ser buenos padres, es muy importante ser capaces de afrontar la vida sin drogas. Existen clínicas especializadas con profesionales capacitados y con experiencia para tratar a personas drogodependientes.

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